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Con más vida que nunca, Queens of the Stone Age vuelve a los escenarios

El bajista de la banda contó a Excélsior cómo fue la grabación del documental Alive in the Catacombs, su regreso a la música luego de una pausa y su próxima visita a México en noviembre próximo

Fue el 23 de agosto de 2024 cuando la banda estadunidense Queens of the Stone Age canceló todos los conciertos que restaban de su gira mundial debido a que su líder, Josh Homme, tuvo que recibir atención médica durante las fechas, debido a problemas derivados de la extirpación de un cáncer que se realizó en 2023 antes de iniciar la gira.

Afortunadamente, la luz se vio al final del túnel cuando Josh comenzó a recuperar su salud y, al mismo tiempo, un gusano comenzó a rondar por las cabezas de los demás. Una idea que rondaba por Josh desde que comenzaron con la banda, la de filmar algo especial en las catacumbas de París. Después del parón, pensaron ¿por qué no hacerlo ahora?

En ese momento creo que todos empezamos a ver las cosas de otra manera, a no dar nada por sentado, creíamos que era el momento de apreciar nuestro tiempo juntos. Y también como banda, darnos la oportunidad de experimentar musicalmente, fue una oportunidad para mostrar un lado diferente de nosotros, para mostrar que no sólo tocamos música pesada, de hecho esto es muy pesado, lo más grande que hemos hecho, sin tener grandes distorsiones, o amplificadores enormes”, cuenta Schuman.

El primer paso era resolver cómo entrar a este sitio sagrado, donde se encuentran incluso restos humanos de más de 6 millones de personas por más de 200 kilómetros de túneles subterráneos bajo la capital francesa, que datan del siglo XVIII.

DESPUÉS DE LAS CATACUMBAS
Lo que ni Josh ni Michael o el resto de la banda sabían, era que una vez que salieran de esos túneles, sus vidas ya no serían las mismas.

Primero teníamos que bajar por esa escalera de espiral”, recuerda Schuman, ·eran aproximadamente 180 escalones para llegar al final, antes de lograrlo sientes que nunca terminará. De pronto cuando filmamos, me perdía si tenía que ir al baño o algo así, teníamos claro un lugar para hacerlo, pero me gustaba introducirme y perderme”, describe el músico.

Gritaba y alguien me rescataba cuando no encontraba el camino en esos túneles. Una vez que llegas allí, y ves todos los restos, te sientes diferente, es como si no te conocieras a tí mismo, no es espeluznante ver restos humanos, todo lo contrario, te hace reflexionar sobre la vida, las personas que están en ella. Pensar en todas estas personas que están allí abajo, que algún día serán tú, y tu familia, y tus amigos. Me hizo sentir muy pequeño y humillado, darme cuenta de frente, que todo tiene un final”, explica.

Dentro de toda esa introspección, hubo también oportunidad para sentirse vulnerables, sobre todo, describe Michael, viendo como Josh, después de atravesar un momento tan difícil enfrentando un cáncer, disfrutaba cada momento.

Había momentos de la grabación donde él no podía sentarse, pero hubo un día en que lo intentó, no recuerdo qué tema estábamos grabando, y costó trabajo, lo hicimos a prisa, y al final cuando quedó, vimos a Josh llorando, satisfecho, entusiasmado por el resultado, ese momento creo que es uno de los que nunca voy a olvidar en mi vida, ver a mis compañeros así; sucede pocas veces”.

La unión, de hecho, es algo que tanto Thomas Rames —quien dirigió el concierto grabado en los túneles— como Andreas Neumann —quien capturó el detrás de cámara— buscaron retratar en el filme, pero algo que se da genuinamente entre los miembros.