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Roger Federer: De la gloria en la cancha a los mil millones de dólares

En octubre de 2019, Roger Federer estaba en el centro de la cancha del Swiss Indoors en Basilea, Suiza, con lluvia de confeti dorado y lágrimas deslizándose por su rostro. Aquella victoria en sets seguidos no solo representó un nuevo campeonato en su ciudad natal —donde alguna vez fue recogepelotas—, sino también el último trofeo que alzaría como profesional. A los 38 años, el suizo parecía intuir que el final estaba próximo. Tres años más tarde, en septiembre de 2022, decidió retirarse tras una serie de lesiones que limitaron su desempeño en el ATP Tour.

Aunque Federer dejó de conquistar títulos en el tenis, su ascenso como hombre de negocios apenas comenzaba.

Roger Federer es, sin duda, uno de los tenistas más exitosos de todos los tiempos. Durante 24 años como profesional acumuló 20 trofeos individuales de Grand Slam, 103 títulos ATP, dos preseas olímpicas, 310 semanas como número uno del mundo y más de 130 millones de dólares en premios deportivos. Su estilo refinado, su precisión quirúrgica y su comportamiento ejemplar lo transformaron en un referente mundial del tenis. Pero su legado trasciende las estadísticas.

Federer ha probado que su visión estratégica va mucho más allá del deporte. Hoy, con 44 años, su riqueza se calcula en 1,100 millones de dólares, aunque otras estimaciones lo colocan incluso por arriba de 1,300 millones. Lo sorprendente es que la mayoría de ese capital no proviene de la raqueta, sino de sus negocios e inversiones.

Entre sus activos más relevantes destaca su participación del 3% en On Running, una marca suiza de tenis deportivos que ha crecido de manera extraordinaria desde que Federer se sumó en 2019. Su inversión, valuada en más de 500 millones de dólares, resultó decisiva en la expansión global de la compañía, que ahora cotiza en bolsa. En 2018, rompió con Nike tras más de dos décadas y firmó un contrato de 300 millones de dólares por 10 años con la firma japonesa Uniqlo. También fundó Team8, una agencia de representación deportiva que respalda la Laver Cup, torneo internacional que él mismo ayudó a diseñar.

Su Fundación Roger Federer ha destinado más de 70 millones de dólares a proyectos educativos en África y Suiza. Además, mantiene acuerdos con marcas de lujo como Rolex, Mercedes-Benz, Lindt, Moët & Chandon, Barilla, Wilson, Sunrise, NetJets y UBS, con ingresos anuales calculados en decenas de millones.

Durante 16 años seguidos fue el tenista mejor remunerado del planeta, y en 2020 encabezó todos los deportes con 106 millones de dólares en ingresos antes de impuestos.

Lejos del ojo público, Federer mantiene una vida familiar serena en Suiza. Está casado desde 2009 con Mirka Vavrinec, extenista profesional eslovaca, a quien conoció en los Juegos Olímpicos de Sídney en 2000. Tienen cuatro hijos: dos pares de gemelos, Myla y Charlene, de 15 años, y Leo y Lenny, de 10. Federer ha reconocido que Mirka fue clave en su trayectoria, tanto en lo emocional como en lo logístico. “Ella trabajó muy duro con los niños, logrando que todo funcionara mientras viajábamos por el circuito”, declaró en una entrevista reciente.

Hoy disfruta plenamente su papel de padre: se despierta con sus hijos, los acompaña al colegio y participa en sus actividades. Aunque nunca los ha presionado para seguir su camino, uno de sus hijos, Leo, ha empezado a tomarse en serio el tenis.

En un discurso dirigido a los graduados de Dartmouth College en 2024, Federer resumió su nueva forma de ver la vida: “La vida realmente es mucho más grande que la cancha”. Y lo ha demostrado. Su transición del deporte a los negocios ha sido tan elegante como su característico revés a una mano.